Hola! si estás aquí seguramente te gustan los cuentos, si alguno de los que publico te atrae de manera especial y te gustaría utilizarlo, PRIMERO me pides permiso al mail valuenh.asoc@outlook.com ¡Muchas gracias y que disfrutes!

viernes, 24 de julio de 2015

Leyenda del Clan del Fuego

Hola a tod@s!!

Este verano está resultando muy, muy cálido; así que para seguir a línea una leyenda sobre el origen del animal que representa a la gente del Clan del Fuego....


Cómo el Mitológico Pájaro del Trueno llegó a ser


 

Érase una vez Halcón Grande, el mayor halcón que haya existido jamás sobre la faz de la tierra. Era tan grande que sus alas extendidas podían cubrir dos casas enteras cuando volaba por encima del pueblo. Afortunadamente para la gente, este halcón era bueno y amable con todos a su alrededor.

Más que gigante, este halcón era muy poderoso; podía cantar una canción especial y todos los halcones del territorio acudían a reunirse con él. Conocía otra canción que podía captar cualquier nube de lluvia que estuviese en la vecindad y traerla hacia él. Decían que tenía una canción que hacía que los ratones y los conejos saltaran hacia sus talones cuando él volaba en círculos a ras del suelo. Era un halcón muy poderoso.

Halcón Grande era tan poderoso que los Seres del Trueno decidieron darle una canción especial mediante la cual pudiese convocarlos. Le dijeron que para que pudiera cantar esta canción correctamente, primero, tenía que construir una vivienda circular lo suficientemente grande para sí mismo y para todos los otros animales que quisiera invitar a escuchar su canción. Luego, tenía que fabricar un altar circular de un tipo especial y poner en él cosas particulares de los reinos mineral, vegetal y animal; y tercero, tenía que dar gracias al Gran Espíritu antes de cantar la canción y sentir gratitud hacia los Seres del Trueno por compartir su poder con él.

Un verano, decidió cantar su canción y entonces hizo tal como le habían dicho los Tronadores. Invitó a algunos halcones, un águila, dos cuervos, un buitre y un quebrantahuesos a venir y entrar en la vivienda con él. Éstos aceptaron, y cuando la canción acabó y los Tronadores vinieron, los asistentes salieron de la vivienda, conscientes de haber recibido un poder especial por haber escuchado la canción.

Halcón Grande cosechó poderes extraordinarios y ahora un toque de sus alas podía curar hasta las más graves heridas de sus amigos. Todo el poder que tenía empezó a ser demasiado para Halcón Grande y en vez de acordarse de dar las gracias cada mañana al Gran Espíritu, empezó a crecerse en su orgullo y a merodear cantando: «soy el halcón más poderoso de todos, yo soy el Gran Kaik Kaik Kaik».

El Gran Espíritu observaba al halcón y fue paciente esperando a que recordase. Pero no lo hizo, y se fue creciendo más y más. Al verano siguiente, Halcón Grande decidió volver a cantar la canción de los Seres del Trueno para obtener aún más poder. Decidió que era tan poderoso que no tenía por qué tomarse la molestia de construir una vivienda, ni llevar a cabo los preparativos que le habían dicho. Jamás volvería a tomarse la molestia de dar las gracias al Gran Espíritu, ni a los Tronadores.

Aquel verano invitó a todos los pájaros y animales que podían venir para ser testigos de su gran poder. Comenzó a cantar su canción, ahí, sentado en su nido, en el árbol más grande que había en los alrededores; se limpiaba las plumas con el pico y se crecía más y más, mientras los Tronadores se acercaban. De repente, estalló un rayo desde una de las nubes y explotó en una bola de fuego justo cuando tocó la punta de una de las alas de Halcón Grande. Con igual rapidez, la bola de fuego y Gran Halcón desaparecieron antes de que cualquiera de los otros animales reunidos fuera herido. Todos los que estaban allí miraron a su alrededor, sin poder creer lo que habían visto.

Halcón Grande se encontró arriba en el cielo hablando con el Gran Espíritu.

—Halcón Grande —dijo el Gran Espíritu—, has llegado a ser demasiado arrogante. Has olvidado dar las gracias. Has olvidado las ceremonias que te han sido dadas. Has olvidado la verdadera fuente de tu poder. Porque has insultado a los Seres del Trueno al usar mal el regalo que ellos te concedieron, ahora tú serás su sirviente. Vas a seguir siendo un pájaro grande y hermoso pero no vas a tener la habilidad de llamar al trueno. Desde ahora ellos te llamarán a ti. Cuando los Tronadores salgan a hacer su trabajo, tú iras con ellos. Para que no te crezcas tanto cuando la gente te mire, siempre vas a estar escondido parcialmente detrás de las nubes. A algunos les parecerás una extraña formación de las nubes. Para otros, serás como una forma ardiente creada por el rayo. Sólo los que posean una vista muy clara podrán verte tal como eres, el pájaro de fuego, el Mitológico Pájaro del Trueno. Ahora te irás y darás servicio a los que has herido, hasta que puedas aprender el placer que puede llegar de servir y recordar tu sitio en el universo.

Y así fue como el Mitológico Pájaro del Trueno llegó a la gente.
 
Eso es todo por hoy, que sigáis  disfrutando el verano!!! 

domingo, 21 de junio de 2015

Solsticio de Verano 2015

Hola a tod@s!!

Este Solsticio de Verano coincide con el cambio de la Luna, según la Astrología de la Tierra, así que os dejo otra leyenda sobre los Clanes Elementales, esta vez la del Clan del Agua.

Que este verano sea estupendo para tod@s vosotr@s!!



Por qué algunas ranas salieron del agua


Hace mucho, mucho tiempo, las ranas vivían en todos los charcos, lagos y ríos del mundo, del mismo modo que muchas de ellas hacen hoy. Eran felices cantando sus canciones, sentadas en sus hojas de nenúfar y poniendo sus huevos, que se convertirían en renacuajos y después, como por arte de magia, en ranas. Era ésta una buena vida y la mayoría de ranas eran felices.

Entonces, un día, uno de los jefes de las ranas, llamado Ripid-dú, llegó a sentirse insatisfecho. Cada día, desde su hoja de nenúfar, veía algo en la distancia. Esa cosa que veía era grande, más grande que todo lo que había visto anteriormente. Era verde en su mayor parte y, en la parte de arriba, blanca. Mientras la observaba, muchos de los otros animales se subían a ella aparentemente hambrientos y, horas más tarde bajaban, al parecer, habiéndose hartado de comer. Ripid-dú empezaba a sentirse insatisfecho con las moscas, mosquitos y chinches de agua que usualmente comía.

—Sobre esa cosa grande —pensó— tiene que haber cosas deliciosas para comer. Es por eso que los otros animales parecen tan saciados y felices cuando bajan de ella. No es justo que nosotras, las ranas, tengamos que permanecer siempre en este charco, comiendo siempre las mismas cosas de siempre. Yo quiero ir a esa gran cosa y coger algunas de las cosas buenas que ellos siempre tienen para comer.

Un día, llamó a una serpiente que había visto deslizándose bajo la gran cosa y le preguntó dónde había estado y qué había comido.

—Esa gran cosa —dijo la serpiente— es una montaña. En su cima están los más grandes, jugosos y deliciosos bichos que jamás he comido. Hacen que nuestras moscas más grandes parezcan mosquitos. Mmm, ¡qué feliz estoy de poder ir a la montaña!

Ripid-dú reflexionó acerca de lo que le había explicado la serpiente y llegó a sentirse terriblemente hambriento por las delicias que ésta describía. Empezó a hablar de ello a todas las otras ranas. Hacía que sonara tan bien, que todas las ranas desearon fervientemente tener la oportunidad de probar aquellas delicias. Al poco tiempo, las ranas del charco se lo comentaron a las ranas de la charca vecina y pronto se extendió la noticia a todas las ranas, en todas las charcas, riachuelos, lagos y ríos alrededor de la montaña; y como resultado, todas se sentían insatisfechas con lo que el Gran Espíritu les había dado.

Finalmente, Ripid-dú hizo una audaz sugerencia:

—Compañeras ranas —propuso—, ya que el Gran Espíritu está tratando de mantenernos fuera de todo lo mejor de la vida para nosotros, vayamos por nuestra cuenta, escalemos esa montaña y olvidémonos por completo de los lugares donde ahora vivimos.

Algunas de las ranas estaban de acuerdo. Habían llegado a creer, verdaderamente, que habían sido olvidadas o ignoradas por el Gran Espíritu. Otras sintieron que, aunque esos otros bichos podían parecer más grandes, a ellas les resultaría difícil vivir en una montaña, fuera del agua.

—Sois cobardes —les gritó Ripid-dú a aquellas ranas—. Nosotras podemos vivir sobre tierra. Podemos hacer cualquier cosa. ¿No estamos todo el día sentadas en las hojas de nenúfar fuera del agua? El Gran Espíritu solamente nos dijo que tenemos que estar en el agua para mantenernos alejadas de todas las cosas buenas que tienen los otros animales. ¡Vamos a la montaña!

Cuando hubo concluido su discurso, mientras era transmitido a todas las otras ranas de todos los otros charcos, Ripid-dú escuchó una voz en su mente.

—Pequeño hermano —dijo la voz—, te he dado todo lo que necesitas para vivir bien. No codicies las cosas que otros animales tienen. Sé feliz y canta tus canciones de gratitud por las buenas cosas que te he dado. No vayas hoy a la montaña. Si lo haces, las cosas no te irán bien.

Aunque eso hizo que Ripid-dú vacilara, estaba tan determinado y tan seguro de que se perdía algo, que ignoró la advertencia del Gran Espíritu. Al poco, Ripid-dú y sus seguidores partieron hacia la montaña. Mientras comenzaban el ascenso, notaron que todos los otros animales que normalmente iban allí arriba para comer bajaban corriendo apresurados.

—Hoy las cosas de la montaña no están como deberían —dijo la serpiente con la que había hablado con anterioridad—. Volved a vuestros charcos.

Las ranas estaban decididas. Ripid-dú sentía que el Gran Espíritu había dicho a los animales que actuaran de esta manera para engañarlas, y que los animales estaban de acuerdo en hacerlo porque no tenían ganas de compartir la comida que tenían con aquel ejército de ranas que marchaba hacia la cumbre.

Y hacia arriba que marcharon en busca de los deliciosos bichos que creían que iban a encontrar. La verdad es que algunas de las ranas sí encontraron algunos bichos y eran éstos los más grandes y deliciosos que jamás habían visto. Pero la mayoría de los insectos también estaban bajando de la montaña, volando en grandes enjambres.

Mientras continuaban su ascenso, notaron que la blanca nieve de la cumbre de la montaña se derretía y torrentes de agua empezaban a correr montaña abajo. Al verlo, algunas de las ranas empezaron a tener miedo y quisieron dar la vuelta. Pero, Ripid-dú las llamó cobardes y las desafió a continuar.

Al poco, a los torrentes de agua se unieron rocas derretidas que se deslizaban hacia abajo, por la ladera de la montaña, y una larga nube de vapor empezó a envolver a todas las ranas, quemando su piel.

—No demos la vuelta ahora, hermanos y hermanas —gritó Ripid-dú—. Si mostramos al Gran Espíritu que no caemos en sus trampas, todo esto cesará en breve.

No cesó, sino que empeoró. El volcán seguía en erupción. Ripid-dú no estaba seguro de lo que hacer. En el último minuto, se dio cuenta de que había llevado a muchos de sus hermanos y hermanas al peligro, simplemente porque sentía que lo que él quería era más importante que aquello que les había dado el Gran Espíritu.

—Gran Espíritu —rezó Ripid-dú con todas sus fuerzas—, me sacrifico con gusto si tú, de alguna manera, salvas a todas estas ranas que me han seguido. No es justo que ellas sufran por mi error. Yo tenía que haber hecho caso de tu advertencia y de la de los otros animales.

—Pequeño hermano —escuchó decir a una voz en su oreja—, salvaré a todos los que te siguen, porque ellos han aprendido su lección. Hazlos saltar dentro de la cascada de agua que ves más adelante. Les llevaré con seguridad de vuelta a sus charcos, riachuelos y ríos. Pero tú, no saltes.

Ripid-dú hizo lo que le dijo. Al poco tiempo, todas las otras ranas eran llevadas por el agua a un lugar seguro.

Ripid-dú se sentó allí mientras el vapor se hacía más denso. Esperaba su destino, consciente de lo mal que había actuado. De repente, una ráfaga de viento llegó y sopló sobre él llevándoselo hacia un árbol que estaba tan alto en la montaña que el vapor no llegaba. Ripid-dú estaba a salvo, y miraba como el volcán acababa su erupción.

—Pequeño hermano —escuchó decir de nuevo a la voz—, ya que has tenido tantas ganas de vivir en la montaña, es donde estarás a partir de ahora. Serás más pequeño de lo que has sido y, probablemente, no vivirás más en el agua. Los árboles serán tu hogar y el de tus hijos por todas las generaciones que vendrán.

Así fue como las ranas de los árboles, esos extraños seres nacidos de la tierra y parientes de las felices ranas de agua, llegaron a existir.
 
Os dejo link al blos de La Rueda Medicinal Astrología de la Tierra, con la entrada sobre esta Luna:

http://laruedamedicinalastrologiadelatierra.blogspot.com.es/2015/06/septima-luna-del-ano.html

Buen Verano!!!!
 
 

jueves, 7 de mayo de 2015

MAYO POR NEPAL

Hola a tod@s!!

Este mes de mayo voy a dedicarlo a Nepal, un país que no parece tener mucho más que ofrecer que algunas de las montañas más altas del mundo. Pues no es así, Nepal en más que el Everest, es una cultura milenaria que merece nuestro mayor respeto y, ahora en concreto, nuestra ayuda de corazón.

Estoy colaborando activamente junto a las asociaciones  Va-Luènh, La Roda Medicinal Astrologia de la Terra y Vida Útil, una organización que trabaja en Nepal desde hace 10 años, la mayoría de sus proyectos están allí y entre ellos cuentan: un colegio, una unidad sanitaria móvil, educación para mujeres... Puedes ayudarles haciéndoles una donación: 

LA FUNDACIÓN VIDA ÚTIL ENVIARA TU APORTACIÓN DIRECTAMENTE A " CLINIC NEPAL "CON LA QUE TRABAJA DESDE HACE 10 AÑOS: UNA VÍA DIRECTA DE AYUDA .
PON COMO CONCEPTO : DAMNIFICADOS TERREMOTO, SI NOS DAS TU MAIL TE MANTENDREMOS INFORMADOS , 

NAMASTE. 
N° Cuenta 2038/ 9254 / 50/ 6000075604

También puedes ver la pagina de Facebook de Vida Útil: https://www.facebook.com/fundacionvidautil?fref=ts
o su pagina web: http://www.vidautil.es/

Y por esta vez el cuento no será mío sino un cuento tradicional de Nepal que está incluido en mi espectáculo "La Vuelta al Mundo en 8 Cuentos". Tras la versión en castellano está la de catalán.

¡Que disfrutéis! NAMASTE: Muchas gracias!!



MÁS VALE SABIDURÍA QUE FUERZA


Erase una vez una jungla donde vivían todos los animales, muy contentos porque nunca tenían problemas entre ellos, y cuando los había enseguida los solucionaban.

Un día llegó a la jungla un tigre muy malvado que se llamaba  Bagh Singh, y la alegría de los animales se acabó.

Bagh Sigh era un tigre muy feroz, no le importaba nada, animal que veía, animal que se zampaba, y como era tan grande y tenía tanta hambre se los comía a todos.

La vida se volvió tan peligrosa en la jungla que todas las familias de animales se reunieron para tratar de solucionar el problema.

- Esto tiene que acabar -dijo la jefa de las hienas-. ¿Pero cómo?

Y tras pensar y repensar decidieron que, por turnos, cada familia le daría a uno de sus miembros al tigre, así éste no se comería al resto de los animales; no era para nada una buena solución, pero al menos la situación no sería tan peligrosa.

Tras esta decisión tenía que decidir que miembro sacrificarían y finalmente acordaron ofrecer al tigre a los más viejos, a fin de conservar a los cachorros.

Así se hizo y familia por familia va dio a sus abuelos al tigre.

Pasó algún tiempo y un día tocó el turno a la familia de los zorros. El zorro más viejo tenía que ir a la cueva del tigre y dejar que se lo comiera. Ya estaba a punto de salir cuando el zorrito más pequeño lo abrazó llorando y gritando.

- ¡No quiero que vayas abuelo, no no,no!

- Nosotros tampoco queremos, pero de todas las soluciones era la menos mala hijo -dijeron sus padres.
- Y yo digo que esto se tiene que resolver de otra forma. ¡Yo iré y ya pensaré algo por el camino.
- ¡Ni hablar! Tú te quedarás aquí y punto. 

Pero el zorrito era muy listo y comenzó a replicar y replicar hasta que los convenció. Así que marchó él solito a la cueva del tigre. Por el camino fue recogiendo frutos secos hasta llenar un saco.

Cuando llegó saludó con mucha educación al tigre. Éste lo miró y le dijo que era demasiado pequeño para saciar su hambre, entonces el zorrito le ofreció el saco de frutos secos. Mientras el tigre los comía el zorrito izo algo sorprendente: se puso a reír. Primero muy bajito, pero cada vez más alto, tanto que el tigre enfadado le gritó.

- ¡ Basta de risas, si no me dices de inmediato de qué te ríes te como de un solo bocado!
- De acuerdo, de acuerdo, se lo explicaré, pero no le gustará oírlo.
- ¡Que me lo digas de una vez!
- Pues debe usted saber señor Bagh Singh que ja no es el tigre más poderoso de la jungla, ha llegado otro más grande y más malo y ahora los animales le darán la comida a él.
- ¿ Y dónde está ese tigre ahora? ¡Llévame de inmediato!
- Pero si lo hago se enfadará y me comerá.
-¡Y yo lo haré ahora mismo si no me llevas!
-De acuerdo, pero es bastante lejos.
-¡Dónde sea!

Los dos salieron de la cueva, el zorrito delante abriendo el camino. Para que el tigre se cansara dio un enorme rodeo por la jungla. Al ver que el tigre ya estaba muy cansado se detuvo cerca de un pozo y le dijo:

-Mire allí dentro, en lo más profundo del pozo es dónde vive el tigre más feroz y poderoso de la jungla.

Impaciente y furioso Bagh Singh se acercó y miró dentro del pozo. Lo que vio fue a un tigre que lo miraba con ojos enfadados. Tan cegado por la rabia estaba que no se dio cuenta de que lo que veía no era más que su reflejo en el agua. Comenzó a rugir y rugir enseñando sus enormes colmillos y veía que el otro tigre le rugía y se atrevía a mostrarle los colmillos. Bagh Singh comenzó a perder la cabeza de lo rabioso que estaba y comenzó a gritar al fondo del pozo:

-¿Cómo te atreves a mirarme?¿No sabes quién soy?

El eco del pozo le respondió lo mismo y Bagh Singh loco de rabia replicó.

-¡Si tan poderoso te crees ven aquí que te daré una buena! Ahora sabrás quién es el más fuerte. ¡Lucha cobarde!

El eco le devolvió cada uno de sus gritos, así que el tigre se enfadaba más y más y se acercaba más a la boca del pozo. Entonces el zorrito aprovechó y le dio tal empujón que lo hizo caer dentro del pozo y Bagh Singh no pudo salir nunca más. De esta forma el zorrito consiguió que la paz y la felicidad volvieran a la jungla. También demostró que vale más la sabiduría y el ingenio que la fuerza, porque siendo un animal mucho más pequeño que el pequeño tigre lo derrotó gracias a su astucia.


MES VAL SAVIESA QUE FORÇA


Hi havia una vegada  una jungla on vivien tots els animals, molt contents perquè mai hi havia problemes entre ells i quan els hi havia de seguida els solucionaven.

Un dia va arribar a la jungla un tigre molt dolent que es deia Bagh Singh, i l´ alegria dels animals es va acabar.

Bagh Sigh era un tigre molt feroç, no l´ importava res, animal que veia ,animal que es cruspia, i com que era tan gran i tenia tanta gana es menjava tothom.

La vida de la resta dels animals es va tornar molt perillosa ,per això totes les famílies dels animals es van reunir per tractar de solucionar-ho.

“Això s´ ha de acabar”, va dir la cap de les hienes, “Però com” ??

I després de pensar i repensar van decidir que per torns, cada família li donaria un dels seus membres al tigre, així aquest no es menjaria la resta d´ animals, no es que fos una bona solució però almenys la situació no seria tan perillosa.

 Ara havien de decidir quin membre sacrificarien, finalment van acordar de oferir el mes vell de la família per preservar els cadells.

Així es va fer,  i família per família va oferir els seus membres mes vells al malvat tigre.

Va passar el temps i un dia va tocar el torn a la família de les guineus,  la guineu mes vella, havia de anar a la cova del tigre per que se la menges. Ja era a punt de surti quan el guineu mes petit se li va posar al davant plorant i cridant “ No vull que hi vagis avi, no ,no, no”.

-      nosaltres tampoc no volem, però de totes les solucions es la menys dolenta fill.  Li van dir els seus pares.

-      I jo dic que no, aquest problema s´ ha de resoldre de una altra manera. Jo aniré i ja pensaré alguna cosa pel camí.


-      Ni parlar-ne! tu et quedaràs aquí i no es parli mes.

Però la petita guineu que era molt llesta va replicar i replicar fins que els va convèncer i tot sol va anar a la cova del terrible tigre.

Quan va arribà va saludar molt cortesament al tigre, però aquest el va mirar i va dir-li que era tan petit que es quedaria amb gana, però la guineu li va contestar que d´ aperitiu li havia portat fruits secs i s´ els va donar, mentre el tigre s´ els menjava el guingueta va fer una cosa sorprenent ;primer fluixet i cada vegada mes fort va posar-se a riure, fins que el tigre  molt enfadat  li va cridar:

-      Prou de riure! Si no em dius ara mateix de que rius et cruspeixo d´ una queixalada!!

-      D´ acord ,d´ acord t´ ho explicaré però no t´ agradarà sentir-lo.


-      Que m´ ho diguis d´ una vegada!!!!!

-      Doncs resulta que tu Bagh Singh ja no ets el tigre mes poderós de la jungla, ara hi ha un altre mes gran i mes dolent i ara els animals l´ hi donaran el menjar a ell.


-      I on es aquest tigre? Portam ara mateix.

-      Però si o faig s´ enfadarà molt i em menjarà.


-      Jo et menjaré ara mateix si no em portes.

-      D´ acord però es bastant lluny.

Hi tots dos van sortir, la petita guineu davant obrint pas, però per que el tigre es cansés va fer una enorme volta per tota la selva i quan va veure que ja estava molt cansat es va depurar a la vora d´ un pou i li va dir:

-      Mira allà a dintre, al mes profund del pou , es on viu el tigre mes poderós i ferotge de la jungla.

Impacient i rabiós Bagh Singh va apropar-se i va mirar dins el pou.
 El que va veure va ser un tigre que el mirava amb ulls enfadats, tant rabiós estava que no es va adonar que allò era el seu reflex a l´ aigua.
 Bramava i bramava i ensenyava els ullals però el que veia era l´ altre tigre que bramava i li ensenyava els ullals.

Cada cop mes enfadat en Bagh Singh va començar a cridar al fons del pou:

-      Qui ets tu? Com t´ atreveixes, a mirar-me, no saps qui soc???

I l´ eco del pou li responia el mateix, i en Bagh Singh boix d´ ira li va replicar:

-      Si ets tan poderós vine aquí, que et donaré una bona! Ara sabràs qui es el mes fort!  Va  covard lluita!!!

Però l´ eco li tornava cada una dels seus crits. Així que el tigre cada vegada estava mes i mes enfadat i s´ apropava cada vegada mes a la boca del pou.

 Llavors la petita guineu va aprofitar li va donar una empenta i el tigre va caure a dins del pou i ja no va poder sortir-ne  mes.

Així la petita guineu va aconseguir que la pau i la felicitat tornessin a la jungla. I d´ aquesta manera va demostrar que mes val la saviesa que la força, perquè  essent un animal molt mes petit que el tigre el va derrotar gràcies a la seva astúcia.

Ya sólo me queda daros las gracias una vez más, recordad dejad vuestros comentarios aquí en el blog y sobre todo ¡¡compartidlo!!


miércoles, 15 de abril de 2015

DÍA DEL LIBRO 2015

Antes de nada quiero agradecer a todos los que habéis colaborado con Auxilio Animal 
GRACIAS!! 

Para celebrar mi fiesta favorita este año he decidido escribir un cuento de San Jorge al estilo de la obra de teatro "La Venganza de Don Mendo", para disfrute y solaz del lector, que en los tiempos que corren agradables son...

A Frederic Caralt, 
gran persona, buen actor y mejor director!!





DE LOS HECHOS ASOMBROSOS QUE ACAECIERON EN LA VILLA DE MONTE BLANCO Y DE CÓMO LA PRINCESA URDIÓ LA ELIMINACIÓN DE SU PROMETIDO.

Explica la historia que érase que se era, en la hermosa villa de Monte Blanco, un benévolo rey llamado Georgos que vivía con su reina la hermosa Jordina. Padres eran de una princesa, por una vez no hermosa, pero sí muy atrevida, descarada y divertida.

Contaba la joven dieciocho años, cuando decidieron prometerla en matrimonio. Era el elegido un príncipe extranjero, el menor nacido, sin derecho a tierras ni sucesión al trono, que vivía confinado en un convento; así que a pesar de no encontrar atractiva a la muchacha, sintiose afortunado ante la perspectiva de heredar hacienda y dineros.

Llegó el muchacho sobre un blanquísimo palafrén, prestado por un amigo del convento, dispuesto a eclipsar a la joven. Habíase ataviado con una armadura heredada del abuelo, que había bruñido con esmero, a fin de que, con su refulgir, quedaran ocultas las rallas y abolladuras (abro aquí un inciso para explicar que este joven, por su extraña afición a la floricultura, en especial a la familia rosácea, habíase ganado la enemistad de la familia, guerreros todos hasta los tuétanos, quedando fuera del testamento. Concretado esto, entenderán ustedes el gran interés que tenía en el casorio con dicha heredera) entró al castillo pendón en mano y apeose del caballo en el patio de armas. Entregando el trapo de su casa a un paje, arrodillose ante su futura esposa y pidiola en matrimonio. La muchacha, ante la presión de padres y pueblo, aceptó la propuesta y quedó establecido que las nupcias se celebrarían con la siguiente luna llena.

Mas a la noche siguiente una terrible plaga comenzó a azotar la villa de Monte Blanco. Gentes aseguraban haber visto la más horrible de las bestias destrozando los cultivos. Otros vinieron, entrados en gran pánico, explicando como el monstruo había devorado sus rebaños por entero. Cada día se cometía una nueva fechoría y tras una semana entera de infortunio tras infortunio, tomó el rey de Monte Blanco la decisión de enviar un paladín que pusiere fin a las desgracias.

Cómo era un rey bastante justo y benévolo dejó la tarea de señalar al voluntario a merced de la Providencia. De modo que mandó a todos los caballeros escribir su nombre en un pequeño pliego e introducirlo después en una urna opaca, reservada para la ocasión. Designaron al más párvulo de los infantes del castillo cual mano inocente, recayendo la tarea en la hija menor del cocinero, que contaba a la sazón con tres primaveras. Hundió la chiquilla la mano en aquel mar de papel y sacando dos a la vez, dejó caer uno y el que quedó fue llevado por la misma princesa a las manos de su padre.

Con la hermosa caligrafía que se aprende en los conventos, el nombre de Xurxo Rogelio de Flor y Esgueva mostrose al pueblo. Era este el nombre del futuro rey de Monte Blanco, el prometido de la princesa.

Dio un paso al frente el señalado por la fortuna, blanco cual la cera, atragantado por la emoción, y sudando a mares. Prometió ante todos salir aquella misma noche y enfrentar al monstruo. Dejando su honor en prenda y jurando no volver a pisar Monte Blanco si fracasaba en la empresa. Montó el blanco palafrén prestado, saludó a la corte al completo y cruzando el foso marchó a trote ligero en busca de la gloria o el infortunio.

Internose en el bosquecillo que circundaba el castillo de la villa. Una vez comprobado que nadie podía saber de su camino, hace girar grupas al corcel y toma la dirección que lleva a las montañas. Una vez en la encrucijada de caminos, baja del caballo y quitándole las riendas lo insta a volver a su cuadra. El caballo, animal de inteligencia singular, no se hace de rogar y toma el camino de retorno al convento. Una vez tranquilo Xurxo, al saber que el animal estará a salvo, decide instalarse en la alta cima de la Montaña Blanca y en adelante vivir cual ermitaño.

Levantose nuevamente el sol al día siguiente, trayendo con él testimonio de nuevas catástrofes cometidas por el monstruo. Y cual ave tempranera aparece éste sobrevolando el castillo y con voz tonante lanza el siguiente desafío: “Pueblo de Monte Blanco, de nada os servirá enviar caballeros ni soldados, pues con un pequeño soplido de mi aliento de fuego en polvo los convierto. Si queréis que deje vuestras tierras tendréis que entregarme de entre vuestras hijas una doncella. Que venga mañana con la salida del sol, o sea vuestra villa por completo destruida”.

Se aleja la criatura dejando a su paso un insoportable hedor. Queda en pueblo consternado y el rey, que como antes se comentó era bastante justo y benévolo, saca de nuevo la opaca urna y con gran pesar obliga a todo padre a escribir el nombre de sus hijas doncellas e introducirlos en ella. Es, en esta ocasión, la más anciana de las manos la que ha de extraer la fatal sentencia. La nodriza de la reina, que cuenta con noventa y un inviernos, mete la mano en la urna y toma uno sólo de los pliegos. Más tan débil ésta se encuentra, que le cae el papel al suelo y la princesa lo toma y lleva a su padre.

Gran pasmo es para el rey ver escrito, con su caligrafía perfecta, el nombre de Clara Edmonda Ermessenda. Queda sin habla e inmóvil, cual estatua de mármol, incapaz de entender cómo ha llegado este nombre, que él no ha escrito, hasta su mano. Más el pueblo espera que dé la vuelta al papel y así lo hace. Un clamor consternado surge de la concurrencia. Es la princesa la víctima que la Providencia a escogido. Lívida queda ella ante el hecho, pero dando ejemplo de abnegación, se cambia el vestido y al alba se despide de su pueblo y sin el menor rastro de temor cruza el foso, internándose lentamente en el bosque.

Y mientras todo esto acontece Xurxo, que al no saber orientarse ha errado el camino, llega a una gran cueva. Quédase asombrado ante la maravilla que a sus ojos se ofrece, pues cual alfombra multicolor, está por completo sembrada la entrada de pequeñas rosas, jamás vistas antes por él. Y el demonio de la imprudencia nubla su vista y adormece su precaución. Intérnase el joven en la gruta siguiendo los rosales, admirando sus peculiares formas y colores, tomando muestras de semillas y pétalos. Tan inmerso está en la tarea que no se percata de los grandes ojos que lo esperan al final del túnel.

En un claro del bosque, reclinada sobre la verde hierba, resignada aguarda la princesa su fatal destino. Otea el cielo y sabe, por la posición del sol, que el mediodía está pronto. Un relincho rasga el silencio. Aparece por el norte un caballero ataviado de blanca librea, con una bermeja cruz que parte en cuatro cuartos el albo fondo de su sobreveste. Acércasele el joven y sonriente la saluda. Desmonta de su caballo y con gentil acento extranjero se presenta por nombre y apellido, saca de su pecho un fajo de cartas que la princesa conoce al instante, pues fue su propia mano la que las escribió, y faltando a toda norma de pudor y recato abraza al caballero, devolviendo éste primero el abrazo y besándola luego. Montan el blanco corcel la pareja de enamorados, partiendo hacia la cueva de la Montaña Blanca.

Y hete aquí que en la cueva tenemos a Xurxo, absorto en el objeto de su pasión floral, desprevenido totalmente, mientras la fiera lo observa oculto en la oscuridad. Mas algo se ha oído, un ruido semejante a la respiración de una lechuza, pero como si ésta fuera gigante. Gírase el chico y ante él ve dos grandes ojos que a la oscuridad dan rostro. Los ojos se acercan y es entonces cuando Xurxo entiende que directo al cubil del monstruo ha llegado. Abraza las rosas en un vano intento de protegerlas, y encomendando su alma al cielo cierra los ojos, con la intención de que sea la visión de las rosas su último recuerdo de este mundo.

No es el dolor de los colmillos lacerando la carne lo que siente el joven, sino el tirón delicado con el que le arrebatan las flores que en la entrada había recogido. Abre los ojos, y con una sonrisa amistosa le pregunta la fiera si le gustan sus rosas. Tras esta pregunta del todo inconcebible, comprende el muchacho que, por el momento, se halla fuera de peligro.

Invítale el dragón a entrar en su pequeña biblioteca, que con esmero cuida en uno de los rincones de su casa. Pide Xurxo poder quitarse las calzas, que sin querer a mojado. Le dice el dragón que sus piernas separe un tanto y con un leve soplido se las seca en el acto. Tras esto, siéntanse los dos sobre una limpia y mullida alfombra de lana. Ofrécele el anfitrión un ligero refrigerio de frutas silvestres acompañadas de una infusión de hierbas aromáticas. Y tras concluir las fórmulas básicas de la hospitalidad, expone el dragón ciertas preguntas sobre flores. Responde el muchacho, con gran erudición, a cada una de ellas, y es de ese modo que ambos sucumben al encantamiento del mundo natural y por horas olvidan al resto del mundo.

Llega la pareja de enamorados por fin a la cueva. Entra la princesa con total confianza, mas se alterar al escuchar que su escamado amigo está discutiendo con otra persona. Se acerca con precaución al lugar y encuéntrase a su prometido en enconada discusión sobre la mejor manera de injertar la rosa blanca para que sea pluripétala. Advierte de su presencia al dúo que al sentir su voz dan, ambos, un respingo. Hemos llegado pues al momento en el que las cosas justo es que se aclaren:

Sucedió años atrás, que un día en que la princesa paseaba por el bosque descubrió un campamento de mercaderes ambulantes. Observó que en una minúscula y sucia jaula tenían los mercaderes una extraña criatura. Tal era la tristeza de su mirada que la niña compró en el acto al animal.

Llevóselo a sus habitaciones y allí cuidolo hasta que su tamaño lo hizo imposible de ocultar. Trasladole en una oscura noche a la cueva de la Montaña Blanca, lugar de juegos de la niña, desconocido por sus padres y tutores; lugar a la sazón ya conocido por el dragón. Quedose allí el animal, creciendo más y más.  Al mostrar notables facultades para la lectura y escritura no dudó la princesa en enseñarle todo cuanto ella aprendía. El dragón alimentábase en exclusiva de vegetales, teniendo especial predilección por las rosas, flor del que se hizo entusiasta cultivador.

Encontrándose la muchacha en el castillo de verano, llegó como invitado el anciano duque Gorka de Capadocia. Culto en la rama de la draconología y tras ver el interés que, todo lo referido a esta raza, despertaba en la princesa le propuso mantener correspondencia con el tercero de sus hijos, estudioso también de este extraordinario e incomprendido animal. Hízolo así ella y lo que en un principio fue una educada conversación sobre morfología y fisiología draconiana fue conviertiose poco a poco en una personal e íntima confidencia. Tal pasión se llegaron a mostrar con el ir y venir de las letras, que acordaron hablar con sus padres al respecto. Más no dio tiempo a la carta del duque, en la que proponía la petición de mano de la princesa, de llegar a Monte Blanco que ya los padres acordaban el matrimonio con el desheredado.

Fue esta la razón de que, en el súmmum del desespero, urdiese la princesa un maquiavélico plan para escapar de tan desagradable destino. Pero quiso la desgracia, que Xurxo, en su afán de dejar el convento, anticipara en una luna su llegada, trastornando por completo el plan. Viose la princesa en la desagradable posición de hacer desaparecer al prometido, así que marcha con presteza a buscar a su mascota y advertirle que ha de comenzar su actuación antes de hora. Repasan el plan punto por punto, lo pone al día de las novedades y una vez en todo de acuerdo vuelve la princesa al castillo. Utilizando sus extraordinarias dotes de copista, imita con destreza los trazos de su padre y de su prometido, al que a la sazón habíale pedido le escribiera unas letras. A partir de este punto, ya les son conocidos los detalles. Puntualizaré que la princesa, ducha en juegos de manos, cambió sin que nadie lo advirtiera los pliegos que de la urna salieron para que estos indicaran el nombre que ella requería.

De vuelta al punto en el que inicié las aclaraciones, tienen ahora ante ustedes a los conjurados y la víctima de sus manejos.

Como en justicia Xurxo precisa de una reparación, por el atentado que contra su persona se ha urdido, propone la princesa regalarle los cereales y animales que durante la semana de los campos habían recogido (para dar credibilidad a la actuación del dragón) a los que suma una dote vitalicia en monedas de oro, para que pueda comenzar una nueva vida en algún país lejano. Tan solo ha de renunciar a su nombre y linaje.

Piénsalo Xurxo con detenimiento y en ello no ve más que ventajas aceptando gustoso el ofrecimiento. Más desea saber, de no haber él huido, cuál era el destino que se le había reservado. Explicole el dragón que tenía preparada una poderosa loción que de olerla los humanos pierden el sentido y de estar expuesto por largo tiempo hace que se borren los recuerdos. Tras finalizado el lavado de cerebro pensaban enviarlo a Capadocia y quedar al servicio del duque. Queda Xurxo impresionado de la inventiva de la pareja y se siente afortunado de que la Providencia le haya hecho obtener un final más apropiado y lucrativo.

Y con tanta aclaración al atardecer se ha llegado. Es el momento de comenzar la última parte del plan. Se despiden de Xurxo y el dragón los enamorados y, tras ensuciar ropas y caballo, marchan de nuevo a Monte Blanco.

Desesperados encuéntranse las gentes del castillo. Inquietos vigilan desde las azoteas. Algo atisban en la lejanía. Un caballero de librea desconocida galopa hacia el castillo. Se para ante la puerta y pide que bajen el foso pues él, Chorche de Capadocia, tercer hijo del Duque de Capadocia, ha rescatado a la princesa de Monte Blanco tras cruenta batalla con un dragón. Salen presurosos al reconocer a la princesa y con gran alegría hacen entrar al desconocido.

El rey jubiloso agradece al caballero su auxilio y lo conmina a pedir de él lo que desee. Ante todos ha hablado y Chorche, sin vacilar, de la princesa pide la mano. Es de esta forma que la pareja consiguió su objetivo.

Ya no me resta más que despedirme de ustedes; antes, si me lo permiten, resumiré con brevedad lo que aconteció desde aquel día: casose la pareja y vivieren felices, contose en media docena su prole. Xurxo, con los dineros de la renta decidiose a viajar por todo el mundo conocido, buscando por los países nuevas especies de rosas que traía a la cueva de la Montaña Blanca, donde las cuidaba su ahora gran amigo dragón. Juntos crearon hermosísimas especies de nuevas rosas, que una vez al año llevaban a la feria del libro de Monte Blanco. Feria que instaurose poco después de que Chorche de Capadocia asumiera la regencia de la villa.

Y con este feliz final cocluyose mi tarea, la de narrar los asombrosos hechos acaecidos en la villa de Monte Blanco y de cómo la princesa urdió la eliminación de su prometido. 



Ilustración de Sylvietta  http://silvianieto.blogspot.com.es/

Como apunte informativo, aunque supongo que todos habéis entendido el juego de nombres, Georgos es el nombre de una divinidad íbera. Jordina es el femenino de Jordi, Jorge en catalán. Xurxo, Gorka y Chorches son las variantes de Jorge en gallego, euskera y aragonés. En asturiano es Xurde y también hay otra variante en euskera Jurgi. 

Y por último, este Sant Jordi estaré contando cuentos y firmando libros en Barcelona, en la Rambla Catalunya esquina con C/Provença. Justo en la salida de los FFCC. Nos vemos!!



martes, 17 de marzo de 2015

Hestia, historia de una lechuza

Hola! Este mes de Marzo subo un cuento sobre aves que, cómo no, va a ser solidario.



Hace poco descubrí la Asociación Auxilio Animal es muy pequeñita aún y ayudan a toda clase de animales.
Los encontrarás en ferias veganas dónde venden deliciosa comida hecha en casa y de esta manera sufragan los gastos de la asociación, que por el momento no cuenta con ningún apoyo a nivel estatal.

En facebook encontráis su tienda benéfica DORTOKA DISTRO

Desde hoy y hasta el 15 de Abril para ayudar a REGALIZ, una de las muchas aves a las que atiende la asociación, la donación de las ventas de FRÈRE serán para Auxilio Animal y por eso este cuento va de aves:

HESTIA

La maestra tuvo que imponer orden por cuarta vez aquella mañana, pero no era de extrañar, ya que leer en voz alta las redacciones siempre hacía que los alumnos se pusieran muy nerviosos.

En esa ocasión los relatos tenían como tema “Si hubiera sabido que…” y las historias que hasta ahora se habían leído, eran de lo más cómico que la maestra escuchaba en mucho tiempo.

-Ahora escucharemos a Javier J. -anunció la maestra.

Javier se levantó y fue hasta la pizarra, cogió tiza y escribió “Hestia”.

-La protagonista de mi historia tiene este nombre y se escribe así, y no es que me haya equivocado – Javier dejó la tiza, desdobló el folio y empezó a leer-. “Si hubiera sabido que”; Hestia es el nombre de una diosa griega, la diosa del hogar, esa fue la razón por la que le puse ese nombre a mi lechuza.

Todo empezó en Navidad, fui con mi canguro a ver “Harry Potter y la Piedra Filosofal”, cuando salimos del cine ya sabía qué quería como regalo de Reyes, una lechuza igual que la de Harry.

Primero me dijeron que no, que aquello no se podía comprar en cualquier centro comercial, pero yo les insistí y les insistí hasta que al final me la compraron. Mientras esperaba que me la enviaran por mensajero, busqué nombres que empezaran por hache, para que se pareciera más a la de Harry. Casi me había decidido por Helena si era hembra y Herminio si era macho, pero mi padre me dijo que no le parecía bien ponerles nombre humano a los animales y que lo mismo su primo Herminio se lo tomaba mal.

Mi prima Alba fue la que me dijo que buscara en la mitología griega y fue allí donde encontré el nombre para la hembra de lechuza nival que llegó a las 12’38 de la mañana del 5 de enero.

La saqué de la caja y la verdad me decepcionó un poco, no se parecía en nada a la de Harry. Era mucho más pequeña, le faltaban algunas plumas y olía muy mal, la razón era que sólo tenía seis meses de vida, el transporte la había estresado y era normal que se ensuciase, estaba encerrada.

La puse en la percha que habíamos comprado para ella y cuando leímos la documentación y supimos que era hembra, cogí el rotulador y escribí “Hestia” en la base de la percha que ahora sería su nido. Llamamos al teléfono que nos ponían en la documentación y por la tarde vino un señor que nos explicó cómo cuidar de Hestia.

Al principio todo era muy emocionante, aprendía muchas cosas de la vida de las lechuzas, cada vez que venía alguien a casa alucinaba con Hestia y todos mis primos me tenían mucha envidia. Una vez compré un hámster vivo para ver cómo lo cazaba, no fue muy agradable y no lo hice más, porque a las horas regurgitó una egagrópila; las egagrópilas son las partes de las presas que no digieren, el pelo y los huesos, queda todo compactado en una masa oscura de forma ovalada. Verla vomitar aquello me dio mucho asco y casi vomito yo también. 
 
Hestia creció y se puso tan bonita como Hedwig, pero no volaba, ni traía correo. Se pasaba el día en su percha, comiendo y mirando con sus grandes ojos, ululando de vez en cuando.

Un fin de semana fuimos a la casa de unos amigos de mis padres, tenían un guacamayo precioso que recitaba poemas de Lope de Vega. Le pregunté al dueño como lo había conseguido y me explicó que durante mucho tiempo se los había leído, cada tarde a la misma hora, lo repetía una y otra vez hasta que el guacamayo lo recitaba entero y entonces le enseñaba otro, sabía siete poesías y el famoso poema del Soneto. Le pregunté si podría enseñarle a Hestia a hablar y me dijo que no lo creía posible, pero que lo intentara. Durante un mes estuve leyéndole una poesía de cinco líneas, pero no repitió nada, sólo ululaba de vez en cuando.

Una noche comenzó a chillar muy fuerte, no entendía qué le pasaba y no se callaba con nada. Los vecinos se quejaron y comenzamos a tener muchos problemas. Mi madre llamó a una conocida suya que vivía en el campo y se la regaló. La señora vino para llevársela, al principio yo no quería, pero ella me explicó que si realmente quería a Hestia era mejor sacarla del piso. Al poco me envió una carta donde me explicó que la había cedido a un cetrero.

Dos años después, visitando una feria medieval, asistí a un espectáculo de cetrería y allí estaba Hestia. El cetrero explicó su historia y yo quedé muy avergonzado. Supe que mantener encerrado en casa a un animal salvaje le provoca ansiedad y le produce atrofia en la musculatura. Supe que comprándola ayudaba a los cazadores furtivos. Supe que con mi capricho estaba destruyendo su especie. Si hubiera sabido todo esto, si mis padres hubieran sabido todo esto, tal vez, no me la hubieran comprado. He querido explicarlo para que no cometáis el mismo error.

Javier dobló de nuevo el folio y esperó por si alguien le quería hacer alguna pregunta.

-¿Es verdad o es una bola? –preguntó Gustavo.

-Es cierto, lo he dicho desde el principio -contestó Javier.

-¿Le dijiste al cetrero quien eras? –preguntó Martina.

-No, no me atreví aquel día. Me quedé una tarjeta suya y le escribí un poco después.

-¿Y te puso una denuncia ahora que sabía quién eras? –le volvió a preguntar Martina.

-No, me sugirió que me hiciera voluntario o colaborara con alguna asociación de animales y que cuando estuviera preparado compartiera mi experiencia, ya que así podría ayudar a acabar con el tráfico de animales.

-¿Y lo has hecho? – preguntó Manuel.

-Sí, ahora por mi cumpleaños pido dinero que dono a una protectora de animales, por cierto, este domingo hacen una caminata solidaria, podéis sacar a pasear a los perros del refugio ¿Quién se apunta? -un coro de manos se alzó y la maestra sugirió dejarlo para la hora del recreo. 

Tras dos lecturas más finalizó la clase y los chicos salieron al patio. Javier les explicó cómo llegar al refugio.


La maestra miraba desde la ventana de la sala de profesores, se sentía contenta por la decisión del chico, se notaba lo mucho que había aprendido desde la tarde que fue a su casa a recoger a Hestia para llevarla al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre. Era un primer paso hacia una conciencia mayor de la naturaleza y el respeto a los animales, que esperaba supiera transmitir a sus amigos.


Espero que te haya gustado, si quieres conocerlos mejor o hacerte socio de DORTOKA DISTRO los encontrarás en Facebook:

https://www.facebook.com/dortoka.distro?fref=ts

Les puedes hacer una donación directamente a su cuenta:

La Caixa: 2100-0448-66-0100359511

Si compras FRÈRE en Lulu.com tendrán la donación en este mismo mes:

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